La paz para nuestro país pasa en primer lugar por el perdón, la reconciliación y la unidad nacional entorno a nuestro Dios, su santa ley y en nosotros como pueblo suyo. Estos tres elementos son los que nos une a todos los venezolanos. Luego juntos vamos a construir la nueva Venezuela cristiana, donde todos somos hijos y todos somos hermanos. Dios nos bendiga a todos gracias por su visita.
El regalo del perdón
¿Cómo puede alguien ser creyente y no perdonar?.
Sin
amor no hay perdón, y sin perdón tampoco hay amor.
La peor de todas las religiones es aquella que le
falta la más simpática, la más noble de todas las
cualidades, de la grandeza: La magnimidad, la
piedad, el precioso don del perdón, esa
conmiseración por la vida y el dolor por los
hermanos caídos, enfermos, heridos o simplemente
descarriados por la oscuras sendas del mal. Entre
más enferma está la vida de un de humano, mas
necesita de un médico amoroso.
Usted puede regalar cualquier bien material. Pero
ninguno de ellos son comparables al perdón, porque
este, solo puede brotar de un corazón verdaderamente
generoso. El ser más pobre que existe es el que no
teniendo la capacidad de perdonarse así mismo, ni siquiera
alcanzar el perdón de Dios. - San Mateo 6:15
Emprender el viaje espiritual comienza por aprender
a desarrollar la capacidad de amar y perdonar, lo
cual te eleva al mundo superior.
El amor y el perdón ayudan a la sanidad del cuerpo
del alma. Y con ello se encuentra la paz del
espíritu.
Casi ocho años de prisión para mi han resultado el
adentrarme en un profundo cambio interior y exterior
hacia la iluminación. La mejor prueba de ello no son
mis palabras sino el testimonio de la comunidad
penitenciaria donde vivo de manera irreprensible,
sirviéndole a Dios y mis compañeros, formando
hombres en la más pura y estricta disciplina
espiritual.
Cuando llegué a la comunidad carcelaria venía mal
recomendado, con el estigma de ser un musulman
terrorista, por lo que al principio sufrí
fuertemente por el simple hecho de querer vivir de
acuerdo a las costumbres del Islam, religión a la
que había entregado mi corazón, tuve que prometer
abandonar el Islam para poder encontrar un poco de
paz.
Hoy soy otro hombre. Tengo hermosos recuerdos de lo
que fue mi paso por el Islam. El caso es que este
nuevo hombre espiritual cree que la verdadera
religión consiste en mostrar con nuestra vida o en
nuestra vida esa vida celestial prometida por las
escrituras sagradas.
El viaje espiritual es el peregrinar hacia ese
modelo divino pareciéndonos cada vez más al ideal del
hombre espiritual que Dios exige para la
construcción de su mundo, o su reino en la tierra.
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